Dada la “efervescencia” emocional y social que acompaña a las edades adolescentes, una situación de incertidumbre como la generada por la pandemia, supone para ellos mayores niveles de inquietud, desasosiego y relatividad en su percepción social, lo que dificulta la interrelación con sus entornos familiares y escolares e, incluso, consigo mismos y con sus pares.
Sus redes, aún en la cercanía, las sienten lejanas, por lo que buscan un mayor contacto con aquellos pares que tienen más a mano, incluso, a costa de las necesarias medidas de prevención ante la Pandemia.
Cabe preguntarnos: ¿hasta qué punto los adolescentes son conscientes de su importancia en la propagación del Virus? ¿Pueden ser ellos el peso que desnivele la balanza de la pandemia hacia el sentido del control y disminución de esta? ¿Cuáles han sido las consecuencias del confinamiento en adolescentes?
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Efectos psicológicos del confinamiento en adolescentes
Siguiendo con lo apuntado más arriba, la situación de aislamiento (o más bien de alejamiento) con respecto a sus redes habituales de contactos que suponen las medidas anti-covid (además del aislamiento total que vivíamos entre marzo y junio, las alternancias en las clases, eliminación de ciertas (o todas) las actividades abiertas en sus colegios e institutos, la eliminación o reducción de programas deportivos y sociales, etc.), han incrementado los niveles de ansiedad, alejamiento social y miedos que habitualmente presentan los jóvenes.
Este sentirse “lejos” y desconectados y, sobre todo, no saber a ciencia cierta si los demás también lo están o sólo va con él/ella, les mueve a buscar salir más (en los entornos permitidos); mostrar más ansiedad hacia la “calidad” del encuentro y desde aquí, buscar un mayor contacto físico en esas reuniones eventuales.
Suplir la intensidad por la cantidad, incluso a costa de la seguridad. Pero el que esto se dé, no significa que la calidad se vea incrementada.
Cuando los observamos en esos encuentros y los preguntamos sobre su grado de satisfacción hacia ellos, reflejan respuestas ambiguas, inciertas e inseguras: Saben que han estado, reconocen que han interactuado, pero no están seguros de la satisfacción de tales encuentros.
Apuntan dudas sobre si los otros lo vivieron con más calidad, más intensidad, o más placer que ellos. Justo acaban de volver, y ya quieren estar de nuevo fuera, buscando un encuentro social que sea, a su entender, distinto, más completo, más satisfactorio. Mayor apelotonamiento, más cercanía y contacto físico, y con ello, más riesgo compartido.
En situaciones así, olvidan las medidas de prevención necesarias, las consecuencias de no seguirlas, y las repercusiones que estos
comportamientos pueden acarrear no sólo a ellos, sino también a sus entornos familiares y escolares.
Consecuencias emocionales del confinamiento en adolescentes
Además de lo comentado más arriba sobre el incremento en la seguridad en sí mismos, el miedo al aislamiento social y la ambivalencia en la percepción de riesgo-confianza-responsabilidad, el sentirse más lejos de sus pares, de su grupo (incluso con una conexión continua a través de sus Redes Sociales habituales), produce un aumento de sus niveles de estrés, de sus miedos, y de inseguridades.
También, ese aumento de riesgo, y según las conversaciones mantenidas en los ambientes formales (casa, colegio, etc.), la sensación de vulnerabilidad y la duda sobre si será o no vehículo de transmisión hacia los suyos, produce en ellos respuestas de estrés, de descontrol y, a veces, de agresividad, ante las que ellos mismos se sorprenden y se asustan.
Recomendaciones para gestionar las emociones derivadas del confinamiento en adolescentes
¿Cómo procederemos para ayudar a nuestros adolescentes a vivir con más efectividad sus momentos Covid19? Podemos proponer, promover y utilizar herramientas como las siguientes:
1. Aumentar el número de contactos, interacciones y conversaciones que mantenemos con ellos en casa. Preguntar por sus percepciones, sus mociones y sentimientos, propiciar espacios para que puedan exponer cómo se sienten, que les preocupa.
2. Hacerles partícipes de la realidad tanto desde su perspectiva, incluyendo datos y ejemplos de otros que lo están viviendo como ellos, y también desde la perspectiva que se dibuja en la realidad social que su familia y la de sus amigos, en las empresas de sus padres y los trabajadores, en la sociedad en general, para que descubran qué hay más allá de su mundo, y cómo a ellos les afecta y, a la vez, se ven afectados.
3. Mostrarles cómo ellos, no sólo pueden contribuir a frenar el virus, sino cómo tiene la posibilidad de ser claves en la decadencia de la pandemia sólo con el hecho de seguir ciertos comportamientos relacionales y personales básicos: cuidados, distancias, higiene, etc.
4. Acercarnos a ellos desde la compasión. A veces, sólo estando a su lado, a veces hablando, otras, simplemente escuchando. Promover soluciones a sus estados de frustración y desánimos.
5. Poner a su disposición, y compartir con ellos la práctica de ciertas herramientas de relajación, de meditación, de mindfullness, de escritura individual y social, etc., además de juegos, películas, conversaciones…
6. Si es necesario, y comprobamos que nosotros no podemos aportarles todo lo que precisan para afrontar este momento de sus vidas, ponerles en contacto con profesionales (mentor, coach, psicólogo, …) que desde sus experiencias, puedan ayudarles a salir más resilientes de esta situación.
Conclusiones
¿Cómo queremos que nuestros jóvenes afronten este trance? ¿Dónde queremos que, emocional, social, cognitivamente se encuentren cuando la pandemia termine? ¿Qué podemos hacer y, sobre todo, qué estamos haciendo para convertirnos en sus guías para que puedan afrontarlo con éxito?…
Las respuestas que podamos dar a tales preguntas, nuestra cercanía y participación en las vivencias que ellos están teniendo, la confianza que
podamos generar para que se sientan escuchados, atendidos y comprendidos, van a ser claves para que como padres, educadores, comunidad, ayudemos a nuestros adolescentes a transitar con éxito, individual y socialmente, el enmarañado bosque que el Covid19 supone para ellos; para todos.
Finalmente, esperamos que este post sobre las consecuencias del confinamiento en adolescentes te haya servido de ayuda.
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